Manco por accidente y genio por decisión

En 1862, el veterano de la guerra civil, Samuel Decker, estaba recargando su fusil cuando se produjo un fallo en el disparo y le voló la mitad de ambos brazos. En 1865 ya había diseñado y supervisado la construcción de un conjunto de extremidades protésicas de última generación "hasta ahora sin rival por su ingenio y utilidad".

Con sus nuevos brazos, pudo alimentarse y vestirse por sí mismo, así como realizar tareas aún más difíciles, como coger objetos tan pequeños como un alfiler y recuperar la capacidad de escribir.

En 1867 fue invitado al Museo Médico del Ejército, donde se sentó a tomar fotos para que él y su invento quedaran documentados.