Descubren una planta en Australia que tiene el venenos similar al de un escorpión

Las sensaciones dolorosas complican enormemente la vida de las personas y, para neutralizarlas, es necesario estudiar el mecanismo mismo del dolor.

En este sentido, el árbol australiano “gimpi-gimpi”, como lo llaman los indígenas, o en términos científicos Dendrocnide, se ha convertido en un regalo para los científicos.

Como las ortigas, toda la superficie exterior de la planta está cubierta con pequeños tubos huecos de tricomas que contienen un misterioso veneno.

La principal dificultad con Dendrocnide es que el dolor después de la inyección desaparece rápidamente, pero el área afectada continúa almacenando su origen. Y con un toque incómodo, incluso al intentar lavarse, el dolor vuelve a aparecer. Una víctima de envenenamiento puede sufrir durante semanas y, según una leyenda, incluso una hoja seca en un herbario de 100 años podía picar. Hasta hace poco, los científicos no sabían cómo era posible.

Con el desarrollo del análisis genético, los científicos australianos finalmente pudieron estudiar en detalle el veneno del árbol insidioso. Descubrieron un nuevo péptido llamado gimpietide, una molécula que tiene una estructura tridimensional compleja con numerosos enlaces internos. Esto le proporciona una estabilidad y estabilidad increíbles, por lo que las historias sobre la fuente “eterna” del dolor no están lejos de la verdad. Pero lo más sorprendente es el parecido casi completo de gimpietid con las toxinas de arañas y escorpiones.

Esta toxina actúa sobre el canal iónico de la célula, que se considera el principal indicador de dolor. En una célula afectada por toxinas, este canal no se puede cerrar, por lo que la sensación de dolor no pasa, interfiere constantemente con el cuerpo y lo debilita. Es una neurotoxina natural que también se inyecta en el cuerpo de la víctima como una inyección médica profesional, proporcionando el máximo efecto. Cómo la evolución creó este ingenioso mecanismo es un gran misterio. Pero al mismo tiempo, y una ayuda considerable para los investigadores en el estudio del dolor.