* En la década de los años 30 en la ciudad de Londres, cerca de Red Creek, Texas, se descubrió un martillo de hierro incrustado en una roca.

* Lo impactante de este descubrimiento es que según las investigaciones, el martillo puede tener una antigüedad de más de 100 millones de años. 

* ¿Es realmente posible que este martillo fuera creado millones de años antes que los humanos? ¿Cómo llegó allí?



     

     

El «Martillo de Londres» fue encontrado por unos excursionistas en 1936 cerca de un arroyo en Londres (Texas), aunque no se conoce el lugar exacto de donde se extrajo.

El martillo, incrustado en la roca, junto con un pedazo de la misma piedra que contiene los restos de un molusco.

El martillo estuvo incrustado en caliza del cretácico, un periodo geológico que corresponde a 145 y 66 millones de años atrás.

 

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A primera vista, la evidencia señala que el martillo fue fabricado hace millones de años y quedó encapsulado en la piedra que en su momento "claro está" fue lodo, tal cual lo haría un fósil que en su momento y antes de endurecerse fue algo orgánico.

Esto sin lugar a duda desafía la visión que tenemos hoy en día de la historia del ser humano y de la vida en la Tierra.

La presencia del martillo en la roca sólida parece contradecir tanto al sistema, que los creacionistas usan este objeto como una prueba de sus argumentos, alegando que el martillo está atrapado en sedimentos de millones de años de antigüedad y que su existencia implica que todas las teorías expuestas por la ciencia y, más específicamente las teorías de los ateo-darwinistas; son incorrectas.



          

Según se cuenta, la roca y el martillo fue descubierto por el matrimonio Max Hahn mientras daban un paseo por una ladera de Red Creek, cerca de la ciudad, llamándoles la atención un pequeño pedazo de madera que sobresalía de una piedra. Años después, el hijo del matrimonio rompería la roca, dejando al descubierto la cabeza metálica del martillo.

Todo indica que el martillo permaneció en la familia hasta el año 1983, cuando fue adquirido por el creacionista Carl E Baugh y momento desde el cual empezó a adquirir fama como Oopart, objeto fuera de su tiempo.



     

Baugh afirmó que la roca se había desprendido del interior de otra mucho más grande, y que se había formado en el periodo Ordovícico, es decir, hace varios cientos de millones de años. Estas afirmaciones resultaron desconcertantes en su momento.

No obstante, surgirían luego investigadores que realizarían análisis exhaustivos, encontrando que la cabeza de hierro del martillo, revelaría una composición de alta pureza (96,6% de hierro, 2,6% cloro y casi 1 % de azufre.), algo que solo podía concebirse empleando avanzadas técnicas metalúrgicas empleadas a partir de la etapa de fabricación industrial.

Los análisis ejecutados al mango de madera arrojaron que el objeto fue fabricado alrededor de 140 millones de años atrás.

¿Antiguas civilizaciones?

Todos estos datos son muy incómodos para muchos, ya que cuestiona muchas teorías y estudios realizados por los científicos hasta ahora, poniendo como centro de discusión la existencia de civilizaciones más antiguas de las que conocemos y tiempos mucho más remotos donde las condiciones eran radicalmente distintas.

Incluso como una explicación natural se ha llegado a proponer que la cabeza del martillo procede de un meteorito, algo que luego de otro análisis fue descartado.

 



     

En fin, el martillo de Londres, es otro de esos objetos del pasado que le da un golpe a los cimientos de lo que ya creemos conocer.

¿Cómo es posible que un artefacto de este tipo sea más antiguo que la civilización humana?

Una pregunta que queda abierta para ser respondida por quienquiera que tenga la duda.

¿Es evidencia de una tecnología humana avanzada de un pasado remoto?

Hay muchos otros hallazgos similares de artefactos antiguos de todo el mundo; por ejemplo, hubo un tornillo de 300 millones de años de antigüedad, un “microchip” encontrado en Rusia y un "reactor nuclear de 2 mil millones de años de antigüedad" en la República de Gabón.

El “martillo de Londres” puede añadirse a la creciente lista de objetos que apuntan a una civilización del pasado con habilidades que parecen sobrepasar las de la humanidad actual. 

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