Puma Punku, la Ciudad que construyeron los dioses

Puma Punku en Bolivia, es uno de los sitios arqueológicos más intrigantes y misteriosos de la antigüedad.

Situada en la meseta andina, a una altura de 4000 metros, algunos estiman que esos restos están entre las ruinas más antiguas de la Tierra.

En la lengua Aymara, su nombre significa «La puerta del Puma», sin embargo, nadie sabe quién diseñó y construyó el complejo de Puma Punku, ni la finalidad de su uso.

El misterio de Pumapunku sigue siendo tal, que tanto arqueólogos e historiadores académicos, como investigadores «alternativos» no descartan la hipótesis de que pudiera ser obra de una avanzada civilización prehistórica o realizada por Astronautas Antiguos.

Puma Punku es parte del complejo monumental más grande de Tiahuanaco (Tiwanaku), un sitio arqueológico grande cerca de la orilla del sureste del lago Titicaca a unos 72 km al oeste de La Paz, la sede del gobierno boliviano.

Sin lugar a dudas, la ciudad precede a la presencia inca en esta parte de América del Sur.

En las leyendas locales, se dice que el cercano templo de Tiwanaku fue construido para conmemorar la llegada a Puma Punku de los dioses que vinieron desde el cielo.

El misterio impenetrable de Puma Punku es la precisión y complejidad de las estructuras que impregnan la ruina: puertas finamente talladas y pesados ​​bloques de piedra hasta 130 toneladas, perfectamente lisas, sin el menor rastro de cinceles.

Pero lo que es más desconcertante para arqueólogos e ingenieros es la presencia de misteriosos módulos de piedra en forma de «H», todos del mismo tamaño. La impresión que se obtiene es la de producción en serie, como si se hubiera usado un molde.

El bloque parece estar lijado, es increíblemente suave, las ranuras virtualmente perfectas milimétricas en las esquinas de los bloques de piedra prevén una especie de ensamblaje de enclavamiento, algún sistema de construcción modular; mecanizados con tal precisión que se unen entre sí de diferentes maneras.

Los bloques se unieron y fijaron con el uso de grapas metálicas. Los bloques de Pumapunku están hechos de granito y diorita. La diorita es una roca de origen volcánico, cuya dureza es similar al diamante: las canteras de diorita más cercanas al sitio están a más de 60 km.

El otro gran misterio que asoma sobre las ruinas de Puma Punku y Tiahuanaco es el misterio en su extremo: mirando las ruinas, hay una impresión de destrucción ocurrida después de un evento catastrófico.

En el caso de Pumapunku los estragos son aún más extensos.

De hecho, es casi imposible reconocer la estructura de los edificios, y solo hay unas pocas piedras cercanas entre sí, mientras que en Tiwanaku esporádicamente todavía se pueden ver algunas paredes.

La ciudad ya estaba abandonada cuando los incas conquistaron el área en 1470.

Sin embargo, los recién llegados pudieron incorporar Puma Punku y el resto de Tiwanaku a su imperio y en su cultura.

Los Incas creían que la ciudad era el sitio de la llegada de Viracocha, el dios que había creado al pueblo ancestral y luego enviado al mundo para poblar sus territorios y dar lugar a varios grupos étnicos humanos. Los incas reconfiguraron las estructuras existentes para adaptarlas a sus actividades rituales.

Los incas fueron quienes de alguna manera indicaron a los colonos europeos que la autoría de la construcción correspondía a los dioses antiguos cuya obra ejecutaron en una sola noche.

La datación del complejo de Puma Punku sigue siendo una cuestión de debate entre los investigadores, porque, como ustedes saben, no se puede ejecutar la datación del carbono 14 de la piedra. De acuerdo con los resultados de la datación, el sitio se habría construido entre 500 y 600 aC. El análisis de radiocarbono se realizó sobre el material orgánico de la capa inferior y el más antiguo del sitio Puma Punku.

Sin embargo, hay muchos que creen que el método es extremadamente inexacto.

Algunas características arquitectónicas del sitio, de hecho, sugieren que es una construcción mucho más antigua: para entender la edad de Puma Punku tiene que mirar Tiwanaku. Gracias a instrumentos astronómicos más exactos que hoy tenemos a nuestra disposición, podemos decir que la fecha real de Tiwanaku data de hace 12.000 años. Y eso debería llevar a una reflexión de todos nosotros al verdadero origen de la civilización.

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